Tras la invasión de Rusia a Ucrania y los primeros pronósticos de recesión de la economía global y una incipiente inflación, se anticipó, de acuerdo con la lógica, que la demanda de bienes se vería afectada, lo que obviamente terminaría por hacer disminuir los volúmenes marítimos y como consecuencia las tarifas de transporte marítimo contenedores.
Pues bien, si se quiere verificar en alguna medida que tanto se ha concretado este posible desarrollo, se debe analizar, primeramente, si la desaceleración de la economía mundial se ha hecho efectiva. Al poner el foco en EE.UU., principal motor de la economía mundial, la realidad hasta la semana pasada era más bien mixta con datos esperanzadores que muestran una gran resiliencia de la economía frente a la alta inflación, pero con señales de problemas a futuro.
En suma, de acuerdo con un análisis de Bloomberg, los consumidores siguen gastando (aunque con menos ímpetu y más enfocado en bienes esenciales debido al alza de la inflación), pero se espera que las familias aprieten el cinturón una vez que los escolares vuelvan a clases en septiembre. Por otra parte, las solicitudes de prestaciones por desempleo siguen siendo históricamente bajas, lo que habla de la fortaleza del mercado laboral, un dato clave.
Por otra parte, actores fundamentales del retail como Walmart y Target esperan una temporada de compras saludable para el otoño septentrional. Claro que se debe notar que esta expectativa se produce solo después de que- considerando los excesos de inventario predominantes- decidieran reducir drásticamente los precios en artículos como ropa y electrodomésticos de cocina en los últimos meses.
Lo anterior no es suficiente para disolver los nubarrones del horizonte. El mercado inmobiliario se está deteriorando rápidamente, mientras que el sector manufacturero pierde impulso, pero no tan rápido como se temía. El índice económico The Conference Board, que incluye métricas como el índice S&P 500 de precios de acciones y permisos de construcción, cayó por quinto mes consecutivo en julio, lo que sugeriría mayores riesgos de recesión en el corto plazo.
Al otro lado del océano Pacífico Larry Hu, jefe de economía de China en Macquarie Group, anticipó a mediados de agosto que en el país asiático “la dirección general es que el crecimiento de las exportaciones se desacelerará en los próximos meses y es posible que alcance un territorio negativo para fin de año”.
Si bien los exportadores chinos han aprendido de las disrupciones anteriores y adelantaron su cronograma de entrega en un mes o más anticipándose a las incertidumbres, el esfuerzo parece no ser suficiente y las ventas de los negocios relacionados con la Navidad podrían no superar el nivel de 2021, cuando fueron entre un 20 y un 30% más bajas que en el periodo previo a la pandemia.
Impacto en el transporte de carga
En concordancia con los aspectos anteriores, el reporte semanal de Freightos Baltic Index expuso que se espera que los volúmenes de importaciones marítimas en contenedores en EE.UU. comenzarán a disminuir gradualmente hasta fines de año, aunque se prevé que se mantengan muy por encima de los niveles de 2019.
Esto se empieza a reflejar en los datos de julio que indican que los volúmenes, así como las tarifas en el transporte de carga por carretera han comenzado a normalizarse. La baja también se aprecia en la notable mejoría de la congestión en los puertos de Los Ángeles y EE.UU., pero que aún es insuficiente para influir decididamente en las tarifas de flete marítimo spot en comparación con los niveles observados previo a la pandemia. Así, la semana pasada, los valores spot para la ruta Asia-USWC cayeron un 3%, hasta los US$5.738/FEU, (cifra que cuadruplica la tarifa de agosto de 2019).
La caída de los volúmenes de carga aérea también está provocando una reducción de las tarifas en muchas rutas. La tarifa del índice aéreo Freightos China-USWC fue de US$6,58/kg la semana pasada, lo que supone un 38% menos que hace un año, pero más de 3 veces las normas anteriores a la pandemia para esta época del año.
Situación en Europa
En tanto, la disminución de los volúmenes en el periodo febrero a abril, debido a la inflación hizo que las tarifas entre Asia y el norte de Europa bajaran un 28%, desde un máximo histórico de más de US$15.000/FEU a unos US$10.500.
No obstante, más allá de los factores que pronostican la recesión mundial y las secuelas de la inflación a nivel Global. Europa está sufriendo varias coyunturas que moldean el curso del sector marítimo y portuario. En primer lugar, la grave congestión ha contribuido a que las tarifas hayan bajado un 5% y sean más de 7 veces superiores a lo observado en 2019.
Además, la congestión en Europa puede verse agravada por una serie de problemas como el bajo nivel del agua en el Rin, que interrumpe el servicio de barcazas, y los conflictos laborales y la huelga programada por de trabajadores portuarios del puerto de Felixstowe en Inglaterra, factores que en conjunto pueden sostener las tarifas desde y hacia Europa por más tiempo.
FUENTE: Mundo Marítimo