La Guerra entre Rusia y Ucrania, fortalece a Venezuela marcando una influencia geopolítica muy importante en la región.

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El aumento de los precios del petróleo provocado por la invasión de Rusia a Ucrania podría crear un gran problema para Estados Unidos en América Latina, como causar estragos en los países importadores de petróleo de Centroamérica y el Caribe, e impulsar a Venezuela a intentar reanudar su diplomacia petrolera en la región. Esta Guerra,fortalece a Venezuela y cómo las debilidades de los países de Centroamérica y el Caribe pudieran hacer que Venezuela otra vez tome una influencia geopolítica muy importante en la región.

Es posible que Venezuela pudiera, sin que Estados Unidos trate de evitarlo, exportar a las islas del Caribe, darles un descuento y a los costos de transporte que tiene que incurrir para enviar el crudo a la China. Es decir, que les podría dar una oferta más favorable y sería al final el mismo ingreso para Venezuela. Pero yo dudo que Venezuela pueda ir mucho más allá, porque está muy necesitada de ingresos.

Si bien van a ser ingresos muchos más altos que en 2020, dada la incapacidad de subir muy rápido la producción, no van a ser ingresos tan elevados. Pero no hay duda de que esto es muy favorable para Nicolás Maduro y su gobierno, porque el incremento del ingreso petrolero va a ser sustancial, ya lo ha venido siendo, pero va a ser todavía más significativo y eso obviamente le permite, dependiendo de sus prioridades, gastar más dinero domésticamente, importar más y también a ejercer más influencia geopolítica.

Hay que recordar que estos países del Caribe son tan negativamente afectados que simplemente la promesa de que Maduro los va a ayudar y que los ayude en una cantidad pequeña puede ser que los haga ser más alineados a las posiciones de Maduro. Para lo que eso valga porque hoy en día ya sabemos que no tiene tanto impacto las votaciones en la OEA (Organización de Estados Americanos). Pero sí se puede elevar la influencia geopolítica que había perdido Venezuela, pero nunca a los niveles que tuvo en el pasado.

¿Y cuáles son las potenciales consecuencias del conflicto entre Rusia y Ucrania sobre el sector energético, particularmente en EEUU y Europa? ¿En qué situación dejaría a Europa, que depende del suministro de gas de ese país y a Estados Unidos, cuyo segundo suplidor de petróleo es precisamente Rusia?

-El conflicto entre Rusia y Ucrania va a tener efectos importantes en el mercado petrolero y de gas a nivel mundial. Y lo estamos viendo con el aumento de precios de ambos combustibles. Estados Unidos es el principal productor de petróleo del mundo, es un exportador neto en este momento de petróleo y, por tanto, esto lo que va es a incentivar a que se produzca más petróleo en Estados Unidos. Pero, también porque Estados Unidos tiene un libre mercado va a hacer que los precios de la gasolina suban y eso impacta obviamente a los consumidores.

Eso es políticamente costoso para el presidente (Joe) Biden. De manera que eso es lo que él quiere tratar de evitar y una de las posibles opciones es llegar a un acuerdo con Irán, que tiene un montón de producción cerrada y que podría abrirse si se levantan las sanciones, o conseguir que Arabia Saudita incremente algo su producción. O Estados Unidos podría, pero eso tendría que muy poco efecto, liberar algo del petróleo que tiene su reserva estratégica. En cualquier caso, el impacto a los consumidores es importante.

Pero, como te decía, Estados Unidos como país exportador neto de petróleo más bien se beneficia y no es tan relevante que Rusia envíe petróleo a Estados Unidos, porque hay otra alternativa. El problema es el precio, no el suministro para Estados Unidos.

En el caso de Europa, por supuesto, es más complicado. Ahí de nuevo el tema del precio es muy importante, pero también la preocupación sobre la dependencia del gas de Rusia. Por supuesto, para los rusos también es importante que se siga exportando ese gas para generar ingresos.

Entonces, una de esas dependencias bilaterales entre Rusia y Europa claramente genera una tensión importante y va a hacer que el gas natural licuado que se exporte en el mundo suba bastante, porque lo van a demandar por temas de seguridad en Europa. Y eso será para todos los países que importan gas natural licuado, que son muchos en el mundo, en Asia e incluso en América Latina, un golpe duro.

No es importante si Rusia le deja de vender petróleo a Estados Unidos, eso sería sustituido por otro petróleo que llegaría a Estados Unidos a suplir ese vacío, pero lo que sí sería muy delicado es que Estados Unidos, al tratar de sancionar a Rusia, haga que salga parte de las exportaciones de Rusia del mercado, porque eso llevaría un aumento de precios no solo para los norteamericanos, sino para todo el mercado. Esas son el tipo de medidas que son un arma de doble filo porque afectan no solo a Rusia, sino también a todos los consumidores de petróleo en el planeta. De nuevo, Estados Unidos es un exportador neto; es decir, exporta más de lo que importa. Sin embargo, los consumidores se verían afectados.

Rusia siempre ha sido una potencia energética global, siempre ha estado entre los tres primeros productores de petróleo del mundo y de casi toda la asistencia del mercado petrolero. Ha sido el mayor productor de gas el mundo y uno de los primeros tres también. Allí quizás el tema más delicado, desde el punto de vista geopolític, es que Europa sí se hizo cada vez más dependiente del gas ruso.

En primer lugar, porque durante un tiempo Europa se gasificó con base en el gas del Mar del Norte que empezó a declinar y, en el segundo lugar, porque países como Alemania redujeron su producción de energía nuclear y se hicieron más dependientes ya sea del carbón o del gas ruso. Por ende, eso desde el punto de vista económico fue una idea buena, porque era una opción más barata que las opciones alternativas, pero desde el punto de vista geopolítico pone a Europa en una situación de dependencia y de vulnerabilidad con respecto al suministro, que en este momento podemos ver que es una situación problemática.

Alemania anunció la cancelación del Nord Stream 2, que es un gasoducto que iba por el Mar Báltico hacia Alemania desde Rusia -ya se ha hecho una inversión gigantesca- y el que haría a Alemania más dependiente todavía del gas ruso. Esto va a tener costos para la economía alemana, pero puede ser que a la larga tenga sentido desde el punto de vista de seguridad nacional, dado que los rusos han demostrado que no son un suplidor en el que se puede confiar porque tiene esta actitud belicosa.

Estados Unidos, con la revolución del petróleo de lutitas, se hizo poco dependiente del petróleo extranjero. La razón por la que sigue importando una parte es porque Estados Unidos exporta petróleo liviano y algunos otros tipos de crudo, pero la situación de Estados Unidos no es una situación de dependencia del petróleo importado ni mucho menos, como decía es un exportador neto.

Estados Unidos, además, es un exportador muy importante de gas natural, cosa que no era tampoco antes de la revolución del sale. De manera que Estados Unidos está en una situación relativamente favorable. Es cierto que la administración Biden, por su énfasis en temas de cambio climático, ha desincentivado de alguna forma.

Aunque no ha tomado medidas muy radicales, ha dejado, por ejemplo, de otorgar nuevas licencias para exploración y producción de petróleo costa afuera en el golfo de México y ha anunciado ciertas medidas internas en temas ambientales que pueden afectar al sector petrolero.

Todo eso hoy en día se ve como algo que tiene su potencial efecto negativo, porque hace que Estados Unidos no haya incrementado su producción tanto como podría haberla incrementado con la subida del precio del petróleo, como ha ocurrido en el último año, y eso, por supuesto, lo hace un poco más vulnerable en esta circunstancia del mercado petrolero. Pero en este momento mi sensación es que va a haber más inversión en el petróleo de Estados Unidos y Estados Unidos va a continuar siendo el principal productor de petróleo del mundo.

Estados Unidos en materia de gas es totalmente independiente. De hecho, es un masivo exportador neto, importar algo de gas de Canadá para unas regiones, pero exporta muchísimo más en términos de gas licuado (GL) y por el gasoducto a México y a otras regiones de Canadá. Estados Unidos es un exportador neto de gas e incluso, y como decía antes de petróleo, no es vulnerable.

Volviendo a la administración Biden, con el tema de transición energética ha hecho énfasis en la transición hacia otros combustibles, pero en este momento no parece ser una buena idea desde el punto de vista de seguridad nacional. Y, ciertamente, en este momento no lo están enfatizando. En estos últimos meses, de hecho, la secretaría de energía de Estados Unidos les ha pedido a los productores petroleros americanos que suban la producción.

 Obviamente, la actitud es diferente en estas circunstancias, pero en términos de producción de gas no es un problema, Estados Unidos está exportando gas natural licuado hacia Europa y hacia Asia, cosa que era imaginable hace una década anterior en la que Estados Unidos más bien importaba GL en vez de exportar.

Las sanciones que impuso Estados Unidos a la industria petrolera venezolana han beneficiado a Rusia. Así es. Paradójicamente cuando Venezuela sale del mercado americano, cuando Venezuela exportaba medio millón de barriles a Estados Unidos, la empresa rusa Rosneft empezó a comercializar el crudo venezolana hacia fundamentalmente Asia y algo a Europa. Y los rusos tomaron parte del mercado del cual había salido Venezuela, sobre todo con el envío de ciertos productos que sustituían el crudo pesado venezolano para ciertas refinerías. Pero eso es más que todo un tema de balance de mercado. Si los rusos no tuvieran supliendo, eso lo tuviesen supliendo otros países y no sería dramáticamente diferente.

El tema más bien de si sale la producción rusa del mercado, es de precios no de que el suministro en Estados Unidos se agrave. Claro, importa el tipo de calidad de crudo, pero ahí hay una cierta capacidad de ajustarse y las refinerías americanas podrían operar sin el petróleo que viene de Rusia y sustituirlo por algunos otros. Aunque puede ser que en el corto plazo eso genere algún tipo de disrupción en los insumos de las refinerías, pero eso no es algo serio.

Veníamos de un incremento muy significativo de precios. Estaba viendo, justamente, que la cesta venezolana en su mínimo en 2020 llegó a 7 dólares y en enero de este año ya estaba en 64 y va a seguir subiendo mientras haya estas tensiones geopolíticas y, sobre todo, si hay sanciones a los rusos, sanciones que realmente afecten su capacidad de suplir el mercado y en la medida en que esto se sostenga en el tiempo, porque puede ser una cosa de muy corta duración. Dependiendo de lo que ocurre con la guerra, con las sanciones, entre otros, esto va a producir -como ha producido en el pasado- efectos económicos importantes.

Afecta negativamente a todos aquellos países que son importadores netos de petróleo y beneficia a aquellos que son exportadores netos importantes. Entre los exportadores netos importantes están los de la OPEP, Estados Unidos es un exportador neto, pero no tan importante porque importa también una parte. Hay otros países que se benefician también, como Noruega, Canadá, Brasil.

Entre los países que más se ven afectados son China, ya que para ellos esta crisis puede traer efectos muy negativos, y en nuestra región los más dependientes son los de Centroamérica y el Caribe, que no producen petróleo. También esto afecta a otros países como Chile, Perú o Paraguay. que tienen que importar una buena parte de su crudo.

Hay una reasignación de recursos entre países exportadores y países importadores. Lo mismo pasa con el gas, el gas es un commodity que se tranza menos que el petróleo, pero hay flujos importantes.

Ya hablamos el caso europeo, pero también hay otros países como Japón que vive del gas importado, sobre todo desde que cerraron la producción de energía nuclear. Así que sí es un elemento que va a afectar a la economía mundial y qué va a beneficiar a los países de la OPEP.

En el caso de Rusia está por verse, porque depende de si pueden seguir exportando cantidades importantes y mientras más pueden exportar menos va a subir el precio. Irán depende mucho de que haga Estados Unidos en términos de flexibilizar las sanciones, que es probable que ocurra si la crisis dura tiempo y Venezuela es un beneficiario neto de esto, pero no sé beneficiaría tanto como sí hubiera podido pasar de tener la producción que tenía en el pasado.

Prácticamente toda la producción que recuperó Venezuela del mínimo de 300.000 barriles hasta unos 700.000 barriles fue por reabrir la producción que estaba cerrada y eso era potencial de producción que estaba allí. Ahora, para que pueda subir un poquito más va a tener que hacer inversiones importantes y aunque a estos precios esas inversiones son totalmente rentables, eso toma tiempo y habría que ver qué inversionistas se arriesgan en invertir en Venezuela con el tema de sanciones. Obviamente, los rusos no serían o no parecerían ser unos candidatos, porque van a tener sus propios problemas. Un candidato puede ser China, pero eso toma su tiempo en funcionar.

Fuente: Staff Inversiones y negocios

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