El exministro de Economía y Finanzas, Guillermo Chapman, expresó su esperanza que las negociaciones para la firma de un nuevo contrato de concesión para la explotación de la mina Cobre Panamá, que adelantan el Gobierno panameño y la empresa Minera Panamá (subsidiaria de la canadiense First Quantum Minerals) concluya con un acuerdo ganar-ganar, que beneficie al país, pero advirtió que de no ser así y darse un cierre de operaciones en la mina Panamá podría afrontar una crisis económica y fiscal que tendría, entre otras consecuencias la baja en la calificación de riesgo de la deuda soberana y la pérdida del Gado de Inversión.
De acuerdo con el también fundador de la firma de asesoría económica Indesa, la empresa minera aporta $4,683 millones anuales al Producto Interno Bruto (PIB) del país, el 4.8% del total, mientras que el efecto multiplicador en el ingreso (remuneraciones) es de $447 millones, es decir, 2.6% del total nacional. Además, los empleos asociados (directos, indirectos e inducidos) a la operación minera ascienden a 40,793, lo que equivale al 2.3% de la ocupación total del país.
Para Chapman estas cifras ponen en evidencia que el cese de las operaciones de la mina, de no darse un acuerdo entre el Gobierno panameño y Minera Panamá, podría generar un drástico incremento del desempleo y una caída significativa de la actividad económica, lo que se traduciría en menores recaudaciones fiscales y limitaría seriamente el desempeño de las finanzas públicas, obligando al país a recurrir a más deuda para cubrir sus compromisos.
Indicó que esta situación (caída del PIB, reducción de las recaudaciones e incremento de la deuda pública) podría llevar a las grandes empresas calificadoras de riesgo como Standard & Poor´s (S&P), Moody’s Investors Service (Moody’s) y Fitch Ratings a revisar a la baja la calificación de riesgo de Panamá, perdiendo el país su presencia en el selecto grupo de países con Grado de Inversión en la región.
El ex ministro de Economía y Finanzas destacó que la pérdida del Grado de Inversión no sólo afectaría al Estado panameño, sino para todos los ciudadanos porque además de significar que las emisiones de deuda del país tendrían un mayor costo, lo mismo ocurriría con los bancos y las empresas que requieren financiamiento internacional, lo que se traduciría en un incremento de las tasas que las empresas financieras aplican a los préstamos que reciben los consumidores.
Ante este panorama Chapman insiste en que la mejor alternativa para evitar este escenario es un acuerdo que beneficie a ambas partes.
Fuente : Capital Financiero