- El cambio climático no esperará a la IA y nosotros tampoco debemos hacerlo
- ¿Por qué hemos ignorado hasta ahora esta forma de luchar contra el cambio climático?
- El déficit de formación en financiación verde podría frenar el progreso climático
- En un momento de creciente fragmentación y polarización, la Reunión Anual de 2024 del Foro Económico Mundial sirvió como plataforma para promover el diálogo, la cooperación y la asociación orientada a la acción.
- Casi 3.000 líderes gubernamentales, empresariales y de la sociedad civil de más de 125 países, incluidos 350 jefes de Estado y de gobierno y ministros, participaron en la reunión y conectaron desde diversos puntos de vista sobre cuestiones clave.
1. Los líderes deben «aunar esfuerzos»
Cooperación global y seguridad
El martes por la mañana, Børge Brende nos recordó la complejidad del contexto geopolítico y geoeconómico en el que se celebró la Reunión Anual de este año.
Sin embargo, António Guterres advirtió el miércoles a que no debemos permitir que las divisiones geopolíticas impidan dar respuestas globales a los retos mundiales, como el cambio climático o la IA, y pidió reformas en los sistemas de gobernanza mundial.
- Este llamamiento a una mayor colaboración y cooperación se reiteró a lo largo de toda la semana. Ursula von der Leyen, Jake Sullivan, Antony Blinkeny el Jeque Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani fueron algunos de los líderes que instaron al diálogo.
La paz y la seguridad son posibles, dijo Sullivan, si «nos unimos y tomamos decisiones sabias y audaces».
En medio del conflicto en Ucrania y Gaza, escuchamos a líderes como Volodymyr Zelenskyy, Isaac Herzog, Bisher Hani Al Khasawneh, Hossein Amir-Abdollahian y Mohammad Mustafa, quienes analizaron los caminos posibles para alcanzar la paz.
La cooperación no sólo es necesaria en el contexto de la seguridad y la geopolítica: Pedro Sánchez y Emmanuel Macron pidieron colaboración en la gobernanza de la inteligencia artificial, mientras que Ajay Banga y Kristalina Georgieva subrayaron la necesidad de liderazgo en la lucha contra el cambio climático, aunque algunas medidas sean impopulares.
En este contexto, también abordamos la cuestión de la desinformación y analizamos el impacto de que más de 4000 millones de personas acudan a las urnas este año.
Cualesquiera que sean las soluciones que busquemos para los problemas de la cooperación y el fomento de la solidaridad mundial, necesitamos incluir un abanico más amplio de voces, como han puesto de manifesto las sesiones sobre el cisma Norte-Sur, América Latina y las «potencias intermedias» del mundo.
2. «Proyecciones no son el destino»
Un nuevo modelo de crecimiento
Múltiples factores, pero también riesgos, configurarán la economía mundial en 2024.
La incertidumbre sobre las perspectivas económicas ha sido el telón de fondo de muchas conversaciones esta semana, a pesar del aparente aterrizaje suave tras las subidas de las tasas de interés y la inflación elevada, como sugirieron los participantes en nuestra sesión Una realidad de altas tasas.
El consumo, los patrones comerciales, la deuda, si la inflación seguirá enfriándose, así como los riesgos geopolíticos y la fragmentación. Esos fueron los temas sobre la mesa en nuestra sesión sobre las Perspectivas económicas globales.
La economía mundial mostró una marcada resiliencia el año pasado, afirmó Christian Lindner, pero como nos recordaron Ngozi Okonjo-Iweala y David Rubenstein , las previsiones son difíciles. Estamos pasando a la «no normalidad», dijo Christine Lagarde.
Superar estos retos, incertidumbres y riesgos requiere cooperación y alianzas, argumentó Tharman Shanmugaratnam.
Sin embargo, como subrayó Mohammed Al-Jadaan citando a Ajay Banga, proyecciones no son el destino.
Los líderes se preguntaban esta semana en Davos cómo revitalizar el crecimiento. Pedro Sánchez abogó por un «nuevo paradigma de prosperidad», mientras que Javier Milei defendió el capitalismo de libre comercio. Un informe del Foro Económico Mundial también abogaba esta semana por un nuevo modelo de crecimiento que equilibre la productividad con la equidad y la sostenibilidad.
Ya sea a través de la distribución equitativa de los beneficios de la IA, la mejora de la paridad de género, los derechos de la mujer o desde la óptica de la salud y el cambio climático, esta semana discutimos la naturaleza de los retos, pero también de las soluciones.
En consecuencia, las inversiones en empleo, cualificación y fuerza laboral también fueron un tema clave de debate esta semana. A lo largo de numerosas sesiones, nos ocupamos de la creación de buenos empleos y de dotar a las personas de las habilidades necesarias para la economía del futuro.
Esto es especialmente cierto de cara a los cambios en el trabajo provocados por la IA generativa. Pero la tecnología también tiene el potencial de ayudar a las personas a adquirir nuevas habilidades a través de un aprendizaje cada vez más personalizado, nos dijo Jeff Maggioncalda.
Alexi Robichaux y Aisha Rimi subrayaron que los directivos también necesitan ayuda para apoyar a sus equipos en la transición de habilidades, y que las alianzas entre los sectores público y privado son vitales.El papel del comercio como motor del crecimiento también se debatió con la presencia de Ngozi Okonjo-Iweala . «Sin un flujo comercial libre, no creo que podamos recuperarnos», dijo en Davos.
Como nos recordó Khaldoon Khalifa Al Mubarak: «Con el desarrollo económico viene la prosperidad, con la prosperidad viene la estabilidad, con la estabilidad, en última instancia, tienes la paz».
3. «Los humanos van a tener mejores herramientas»
IA: oportunidades y retos
La IA fue un tema candente en múltiples sesiones de Davos esta semana. Se habló claramente de su potencial, por ejemplo, para acelerar los descubrimientos científicos, como nos contaron tanto Satya Nadella como Albert Bourla. Pero también hubo llamamientos constantes, tanto del sector público como del privado, a la gobernanza, la regulación y la distribución equitativa de sus beneficios.
Brad Smith abogó por un enfoque global de las regulaciones, Jeremy Hunt dijo que estas deberían ser «ligeras», mientras que Sam Altman afirmó que todas las personas deben participar en el desarrollo de la tecnología, porque la IA no sustituirá nuestra comprensión mutua.
«Los humanos saben lo que quieren otros humanos. Los humanos van a tener mejores herramientas. Hemos tenido mejores herramientas antes, pero seguimos muy centrados los unos en los otros».
Garantizar que la fuerza laboral del futuro esté preparada y sea capaz de aprovechar todo lo que ofrece la IA también será esencial, tal y como nos contó Julie Sweet en nuestra sesión IA generativa: ¿la locomotora de vapor de la Cuarta Revolución Industrial?.
Según Hadi Partovi, tenemos que enseñar las herramientas de la IA a todos para que no salgan perdiendo frente a los que entiendan mejor la tecnología.
El filósofo Michael Sandel exploró las cuestiones éticas que plantea la IA: más allá de los puestos de trabajo, la equidad, la privacidad y la democracia, ¿afectará la tecnología a lo que significa ser humano?
Por último, hubo cierto consenso en que las cualidades humanas prevalecerán y que la conexión humana seguirá siendo relevante.
Nick Clegg subrayó la necesidad de que el debate político, social y ético se desarrolle «en paralelo» a la evolución de la tecnología.
4. «La urgencia es nuestra única salvación»
El cambio climático y la creación de nuevos sistemas energéticos
Tenemos una «crisis climática existencial», nos dijo Ajay Banga. «El sentido de la urgencia es nuestra única salvación», afirmó. Fue un mensaje repetido a lo largo de la semana.
Como subrayó John Kerry en una sesión sobre lo que hacer después de la COP28, la humanidad no puede seguir tal como está. Recordó que tenemos la tecnología para combatir el cambio climático, pero no la estamos desplegando lo suficientemente rápido.
No podemos seguir basando los futuros modelos de negocio en el agotamiento de la naturaleza y los recursos, subrayó Jesper Brodin. Las empresas que lo hagan se quedarán en el camino, opina.
Fatih Birol se hizo eco de esta opinión en el contexto del sistema energético. «Las empresas que no hagan suficiente hincapié en la eficiencia energética serán menos competitivas», afirmó.
Pero eso no sólo es importante para las empresas, sino también para proteger a los consumidores de facturas de energía elevadas, aumentar la seguridad energética y reducir el impacto ambiental.
Dejar de actuar frente al cambio climático no sólo tiene consecuencias para el planeta. «La crisis climática es una crisis de salud», afirmó Vanessa Kerry. Como dijo Jane Goodall: «¿No es ridículo que estemos destruyendo el único hogar que tenemos?».
Pero mientras trabajamos para realizar estos cambios, debemos asegurarnos de que la transición sea equitativa. «La única manera de hacerlo es mediante una transición justa», nos dijo Veronica Nilsson.
Esto requiere inversión y financiación, como explicó Ester Baiget. O como dijo Kristalina Georgieva, trasladar los recursos de donde hacen daño a donde ayudan. Mariana Mazzucato se mostró de acuerdo, afirmando que el problema no es la falta de financiación, sino una «desorientación masiva».
Se trata, como nos recordó Luc Triangle, de una cuestión de confianza:
«Los países desarrollados tienen que ayudar a financiar la acción climática en los países en desarrollo porque, si no lo hacemos, esta desigualdad no hará más que crecer y habrá ganadores y perdedores… La recuperación de la confianza no puede limitarse a una serie de países. Tiene que incluir a todo el mundo».
También será necesario un cambio generalizado de las infraestructuras, como nos dijo Kyriakos Mitsotakis al hablar de las necesidades de inversión de la red europea.