En octubre de 2007, cuando Brian Chesky y Joe Gebbia recibieron a sus primeros tres huéspedes en su apartamento de la calle Rausch, al norte de San Francisco, lo último que se les pasó por la cabeza fue que esa idea loca funcionaría. La renta de Gebbia se había incrementado a US$1.150 y tenía poco menos de US$1.000 en su cuenta bancaria. Era de vida o muerte buscar solución o pronto los desalojarían.
‘AirBed & Breakfast’, en 14 años sobrepasó la barrera de los 1.000 millones de llegadas de huéspedes. “Esto básicamente significa que Airbnb es utilizada ahora 1.000 millones de veces”, dice Chesky. “Es un hito bastante profundo si se piensa en esto: una empresa que mucha gente pensó que nunca iba a funcionar, donde te iban a robar los extraños, acaba de pasar los 1.000 millones de estadías”.
Hoy su comunidad alcanza más de cuatro millones de anfitriones, casi seis millones de espacios y una operación que se extiende a lo largo de los cinco continentes. “Son 220 países. Estamos en casi todas las naciones del mundo, excepto Corea del Norte y la región de Crimea”.
Su rápida expansión en Europa, Medio Oriente, Asia, e incluso Latinoamérica, ha puesto en jaque a la industria hotelera en los últimos años. Basta con ver que Airbnb alcanza una valoración de US$107.780 millones hoy en día, casi el doble de la capitalización de las cadenas Marriott (US$56.140 millones) y Hilton (US$42.290 millones).
Airbnb afrontó la crisis del 2020 con resiliencia, diversidad y cambio de enfoque, según explica su CEO. Cuenta que se centraron realmente en lo que estaban ofreciendo y “cuando perfeccionas el servicio para la gente y lo haces tan perfecto, simplemente lo aman, se lo cuentan a otras personas y entonces tienen una conexión emocional con tu servicio y creces”.
Fuente: Forbes Colombia