En términos laborales, podríamos asegurar que, por lo menos en Panamá, existe un antes y un después de la era del COVID-19. Tan solo unos días antes de que Panamá implementara la modalidad pandemia, fue publicada en Gaceta Oficial la Ley 126 de febrero de 2020, reglamentada de forma posterior, por el Decreto Ejecutivo 133 de septiembre de 2020, que establece y regular el teletrabajo como modalidad de relación de trabajo en la República de Panamá.
La normativa en torno al trabajo remoto implica el cumplimiento de ciertas obligaciones para ambas partes de la relación laboral. La norma señala, por ejemplo, que el teletrabajo se debe formalizar por medio de un contrato o una adenda al contrato, que tiene que ser registrado por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral.
“Factores como la protección de datos personales y los riesgos profesionales a los que se expone el teletrabajador, son asuntos de especial atención. Ambas partes tendrán que velar por la protección de los datos personales y de la información confidencial que se comparta durante la prestación del trabajo remoto, pero el empleador es quien tiene la obligación de velar por la seguridad y la salud del teletrabajador, suministrándole herramientas adecuadas para el teletrabajo y capacitándole en la seguridad profesional” explica Ana Carolina Ríos Socia, BDS Asesores Panamá.
La obligación de pagar al teletrabajador por los gastos adicionales de energía eléctrica e internet son temas que las partes de la relación tienen la libertad de negociar, esto según la reglamentación de la Ley.
Un punto de vista importante es que la modalidad de trabajo remoto –sea completa o parcial– significa beneficios tanto para las empresas como para los trabajadores.
Según varios artículos y estudios revisados, algunas de las bondades que se le atañen al teletrabajo son un considerable aumento en la productividad y reducción de los costos operacionales para las compañías. Los trabajadores reportan un aumento en sus índices de satisfacción laboral y de vida familiar.
Desde la otra cara de la moneda, hay quienes también resaltan las desventajas del teletrabajo, destacando que sienten tener una mayor carga laboral y que no se logra una verdadera desconexión, luego de culminada la jornada de trabajo.
Desde una mirada más personal, algunos teletrabajadores reportaron un aumento en los niveles del riesgo de violencia doméstica, un mayor consumo de tabaco y alcohol, y considerables aumentos de peso.
El futuro está en el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar
En los últimos meses se observa que empresas y organizaciones apuntan a un retorno completo o parcial a los centros de trabajo.
Dentro de los factores que motivan esta decisión están:
- los empleadores reportan que se complica la función de supervisión; la cadena de protección de datos se vuelve vulnerable
- los teletrabajadores se identifican menos con la cultura organizacional
- los teletrabajadores no logran gestionar bien los tiempos de trabajo y terminan distrayéndose de sus tareas, al volcarse en situaciones del hogar.
Si bien estos factores son difíciles de negar, las empresas cuentan con herramientas importantes para lograr un equilibro.
- La implementación de políticas internas y procesos para el trabajo remoto le permite a las organizaciones: establecer obligaciones y responsabilidades en torno a la modalidad
- Mantener una supervisión activa sin menoscabar la intimidad del trabajador ni de su hogar
- Un mejor control del tiempo de trabajo y de la ejecución de las tareas.
- Sobre esto, la legislación señala que la empresa podrá impartir sus órdenes a través de medios tecnológicos, lo que la faculta a exigir un nivel de cumplimiento óptimo de parte de aquellos trabajadores que trabajan desde casa u otro lugar distinto a la empresa.
“Desde una línea conservadora, entendemos que el equilibrio se encuentra en la modalidad de trabajo híbrido, que combina el trabajo presencial con el trabajo remoto, en la medida en que cada operación o tipo de negocio lo permita.
Mantener la aleatoriedad entre el trabajo presencial y el trabajo remoto permite que los teletrabajadores retornen a sus centros de trabajo cada cierto tiempo, encontrando espacios para reforzar la cultura organizacional y el sentimiento de pertenencia, aprovechando los espacios y las herramientas de trabajo, y reduciendo la brecha y percepción de desventaja que pueden llegar a sentir, por un lado, quienes no tienen la opción de teletrabajar, y por el otro, quienes sienten que al no estar en el centro de trabajo pierden beneficios u oportunidades importantes de crecimiento y capacitación”, añade Ríos.
Fuente : Sobre BDS Asesores