En medio de la abrupta caída del capital de riesgo disponible para las startups, regiones como Latinoamérica podrían avanzar hacia modelos de financiación más innovadores por medio de canales alternativos como las fintech y al mismo tiempo tratar de movilizar recursos financieros que se han acumulado en años pasados, dijo en entrevista la jefe adjunta de la División de PYME y Emprendimiento de la OCDE, Lucía Cusmano.
“Para lo que tiene que ver con el capital de riesgo se necesita más innovación allá también, fintech, la posibilidad de movilizar recursos financieros que se han acumulado en los años pasados y que no se han empleado porque está la crisis, porque las tasas de rendimiento eran muy bajas. Es decir, hay un gran polvo seco disponible que podría entrar en juego, pero se necesitan formas diferentes, nuevas”, dijo la ejecutiva de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, de visita en el país por el evento Oportunidades de negocio con las regiones del mundo, organizado por la Cámara de Comercio de Bogotá y la Federación Mundial de Cámaras de Comercio de la ICC.
Cusmano dice que en el actual contexto de menor disponibilidad de capital hay la necesidad clara de probar otros mecanismos que no sean los préstamos directos o garantías “porque no siempre se adaptan a las necesidades de las empresas emergentes, que necesitan de un capital de riesgo, que tiene una naturaleza y un horizonte diferente”.
“Entonces hay una necesidad de diversificar más y más la fuente, los canales, los actores que pueden financiar las pymes y las nuevas empresas y ahí creo hay un potencial importante, por ejemplo, que viene de la digitalización. Lo vemos con los sistemas de pago que han facilitado a muchas pymes el problema que siempre han tenido de gestionar su flujo de caja”, añadió.
La ejecutiva indica que se requiere avanzar hacia un modelo con mayor coparticipación del sector público y privado a través de fondos de inversiones, como ya ocurre en algunos otros mercados de la OCDE como Francia.
Esto les da la posibilidad a los ciudadanos de “invertir en fondos que tienen como objetivo financiar pymes y emprendedores”, lo que abre la ventana a que se generen más oportunidades más allá de los bancos comerciales.
Pero también hacia un esquema en el que desde la contratación pública se definan unos objetivos claros frente a los tiempos de los pagos a las pymes, que muchas veces se ven perjudicadas por estas demoras.
“El tema del acceso a la financiación probablemente se va a volver más vinculante. Lo que vemos es que los procesos de innovación digital van a ser más importantes, con nuevas aplicaciones que presentan un potencial importante para las pymes en todos los sectores. En inteligencia artificial, los cambios se están dando de una manera muy acelerada y los servicios de cloud computing. Pero el tema claramente emergente creo que sea lo de sostenibilidad ambiental”, afirmó.
Mortalidad de pymes y emprendimientos
Lucía Cusmano analiza que ya se está terminando una década de política monetaria expansiva y que esta se ha ido restringiendo, lo que se ha manifestado con tasas de interés altas en medio de la persistente inflación.
“Probablemente hace algunos meses la perspectiva era más negativa y ahora parece que por lo menos en términos del pico de la inflación ya se ha llegado. Pero claro que es una situación de gran incertidumbre porque está también ligada a lo todo lo está pasando en el escenario internacional con la guerra de Rusia en Ucrania”, señala.
Reflexiona además que la crisis generada por la pandemia de Covid-19 dejó a muchas empresas frágiles, dependiendo en algunos casos “de un montón muy elevado de débito”, por lo que considera que los Gobiernos deben ser cautos en la forma en la que retiran ciertos incentivos y alivios para que esto no se traduzca en efectos “muy dramáticos” en la mortalidad de empresas emergentes y pymes.
“Estamos también en una situación en la que se demanda a las empresas invertir en capacitación, en tecnología digital, etcétera, para poder sobrevivir”, pero “están fragilizadas” y “están más vulnerables a una subida de las tasas de intereses”.
Por lo anterior, advierte que “se necesita un sistema de financiación que no vea en la mortalidad de una empresa una condena perpetua”.
Y si bien considera que la mortalidad de las empresas emergentes hace parte de “un proceso que es inevitable, un poco natural”, también se pueden asumir una serie de cambios para revertir un poco el panorama en medio de estos tiempos desafiantes.
“La mortalidad hace parte del proceso de creación. Claro que el objetivo sería tener más y más empresas innovadoras que pueden crecer, que pueden sobrevivir a las dinámicas difíciles de los mercados o incertidumbres, pero siempre ha hecho parte de este proceso”, explicó.
En este sentido, opinó que lo que se requiere, incluso en Colombia, es ver esto “como un proceso que puede ser natural y que no significa el fin también del empresario”, sino que existe una segunda oportunidad.
En Europa, dijo, ha sido muy debatido el tema y específicamente los reglamentos frente a la posibilidad de iniciar una nueva empresa en poco tiempo, “limpiando un poco su cartera”, en casos que denomina como “virtuosos”. “En un proceso normal, los empresarios deben tener la oportunidad de invertir otra vez, pero se necesitan reglamentos que faciliten esto”.
Fuente : Staff Inversiones y Negocios.